30 septiembre, 2005

oxígeno para todos..

Tristeza não tem fim
felicidade sim...

A felicidade é como a pluma
que o vento vai levando pelo ar
voa tão leveMas tem a vida breve
precisa que haja vento sem parar

A felicidade do pobre parece
a grande ilusão do carnaval
a gente trabalha o ano inteiro
por um momento de sonho
pra fazer a fantasia
de rei, ou de pirata, ou jardineira
e tudo se acabar na quarta-feira.

Tristeza não tem fim
felicidade sim...


Con Jobim y Vinicius sólo puedes apreciar..
mi buenos días hoy tiene exceso de oxígeno.

28 septiembre, 2005

café con ella


Si jugásemos todos los días a las adivinanzas perderíamos poco a poco la paciencia por conocer lo escondido. La ansiedad por conseguir una respuesta certera a tus preguntas provoca efectos secundarios que, de alguna forma, disminuyen la amabilidad de tu lado curioso.
A mi me suele pasar al revés.
Mi lado curioso aumenta en amabilidad, de alguna forma, los efectos secundarios que provocan preguntas para mi certeras que calman ansiedades. Y conocer lo escondido es una forma paciente de suponer adivinanzas con las que juego todos los días.

Me pregunté por su nombre, por su cara de añorar, por sus ojos despiertos y cansados, por su última decepción y por su sonrisa transparente.. No la conocía, sólo desayunaba cómo yo hace dos domingos, por la mañana, en esa cafetería de amplias cristaleras. Estaba sentada en una mesa a un movimiento de caballo de ajedrez de la mía. Ojeaba un periódico y miraba, a veces, un punto abstracto, mientras sujetaba el café sin bollería con las dos manos, bebiendo a pequeños sorbos y pausas, aislándose de todo.. menos de mi, que levantaba la vista para verla cada vez que pasaba tres hojas, que intentaba entender su silencio, vergonzoso también por suponerla, en esos diez minutos en los que compartimos el desayuno por primera y última vez.

26 septiembre, 2005

batallitas

El viernes entré en el súper para comprar clinex, sólo clinex. La cajera me miró cómo si fuera un yonki, como si escondiera en los vaqueros unas cuchillas de afeitar o una lata de ventrescas para su posterior reventa.. Le clavé mis ojos rojos intentando despreciar su desconfianza, no era tan difícil suponer una gripe y una necesidad, al fin y al cabo mi nariz era como un semáforo rojo que advertía el coto de virus.. Me cobró la bolsa con desaire, mirándome de reojo, y a punto estuve de estornudarle por incompensiva, de dejarle alguna cepa de una futura baja laboral. Pero pasé. La gripe disminuye mis reflejos y mi capacidad de respuesta. Y es que la cabrona, ahora hablo de la gripe, no puede ser más impertinente. Desde que vi de enano Érase una vez el cuerpo humano siempre me imagino batallas a cara de perro entre minúsculas unidades de virus y minúsculas unidades de glóbulos. Mientras se dan de ostias con estrategias desconocidas por los romanos, a mi me mantienen en pausa, con movimientos lentos y, como mucho, con fuerzas para musitar alguna queja o algún mimo. Mi desconocimiento de anatomía hace que me imagine el lugar de la batalla como una península abrupta, desconocida, con múltiples recovecos y trampas, con canales de acceso que raccionan al mínimo intrusismo, con alarmas de tacto, con órganos vulnerables.. los virus, vestidos con pieles y caras pintadas, se apoderaron de mi todo el fin de semana, comiéndome las palabras y las ganas de ser sociable, venciendo a los glóbulos que, desbordados por la sorpresa, tuvieron momentaneamente que recular.. Pero ya es lunes, y se han producido pequeñas victorias que mejoran síntomas y estrategias. Las provisiones entregadas a mis glóbulos de forma puntual cada ocho horas han servido para un reagrupamiento efectivo de venganza y reconquista. Ya estoy mejor, pero he consumido tres días con todas sus posibilidades. Y es que después de una gripe inoportuna con altas temperaturas, la cara te queda como un tablero del risk.

21 septiembre, 2005

encontros

La primera vez que me lo encontré fue hace unos cinco años.
Salía del trabajo y me paró. Qué tal estás, cuánto tiempo, adelgazaste.. y demás intrascendencias. Hablaba muy rápido, muy contento, y cuando me cortó mi primera frase ya no hubo marcha atrás.. Tenía unos ojos muy vivos, claros, más o menos de mi edad, el pelo rizo y amplia sonrisa. Estaba seguro que era la primera vez que lo veía en mi vida, pero lo que me quedó claro que él no pensaba lo mismo.
Hablaba atropellado, de nada en particular, monologueba mientras yo intentaba que me saliera alguna frase muda con sentido. Y entonces me dejé llevar, y ya que no me hacía entender, correspondí a su entusiasmo y me empezó a resultar divertido. Nos despedimos con un abrazo, sin poder sacar ninguna información extra que lo situase en una infancia, una actividad extraescolar o un conocido común.. nada. Y me fui con una sonrisa para casa, pensando en la pena de no conocerlo de verdad, en lo majete que parecía tanto él como mi supuesto yo, y en que había correspondido con solvencia a su espectativa.

Hoy lo volví a ver, subía la Gran Vía cuando me pareció verlo de lejos, se iba acercando y disminuí mi paso para lograr unas milésimas de ventaja que lo situasen en alguna parte.. cuando arqueó las cejas no sé cómo, lo recordé. No estaba muy cambiado, el pelo un poco más largo, de camisa y vaqueros. -Quétal!!!!.. me dijo con afecto mientras me zarandeaba el hombro. -Muy bien, y tú? cuánto tiempo.. dije con mi órdago tapado en mi sonrisa. .. -Pues si tío, muchísimo tiempo, unos cuántos años, no?.. -Por lo menos cuatro o cinco, no?, aseveré sin que se notara. -Por ahí, por ahí.. Y bajo el sol del mediodía hablamos tres minutos hasta que de lejos vió el vitrasa C1 que lo llevaba a alguna parte.. Y otra vez me fui sin saber ni su nombre, pues mis temas de conversación no podían salirse de lo público, aunque lo que estaba claro es que no había vuelto a verme ni a mi ni al otro. Me quedé otra vez con una pregunta muda que no me llegó a salir.. pero cuando se fue corriendo, después del afectuoso y apurado abrazo, medio le grité un me alegro de verte que me salió de dentro.. al seguir mi camino y al volver a ponerme las gafas de sol, volví a sonreir y pensé la pena que me daba no conocerlo y en cómo deseaba que le fuera todo bien.

19 septiembre, 2005

muto

Un caballo pequeño con cabeza de toro no puede, aunque hagamos un esfuerzo, agradar mucho. Una pregunta capciosa en un mal momento puede traer roces de pitones e intensidades desconocidas. Cuando es así, no es un buen momento para expresarse y objetivizar los cambios en insecto o en antílope en este caso, tampoco lo es para necesitar, ni tan siquiera para ser parte de algo.
Ante causas inéditas la respiración es fuerte y entrecortada, los ojos imitan la concentración de Uri Geller, pero perdidos en el suelo, cómo buscando piedras en la playa, evitando así al poder de torcer las cosas. La tormenta que te deja sin identidad conocida acabará pasando, y cuanta más gente desconozca tus mutaciones, más adjetivos ramplones o más indiferencia recibirás, evitando que te encasillen como especie protegida y que duden con firmeza de si te dejas acariciar.
La onomatopeya razonada es el discurso veraz de las ideas internas, el aislamiento a lo lobezno busca la única manera de evitarle a los demás el peligro de las zarpas vocales, y el primitivo metabolismo limita que los deseos de Lince algunas veces sólo puedan quedar en Ñu.

16 septiembre, 2005

escondite

..empecé a escribir un no sé qué de la lluvia que escuchaba como único sonido, del sonido de cada gota que sonaba a percusión cuando rozaban los cristales.. de que me veía escribiendo, desde mi espalda, en la calma de la penumbra de escalas de grises, de derrota.. que dejaba las teclas, que me tapaba los ojos con las dos manos, y que sentado en ángulo recto, me escondía del espacio y de las formas que no me dejaban existir.. que cuando me vaciaba era como contar en el escondite.. pero que no estaba en el pando, sólo en mi propio agujero cavado con mi necesidad de huir.. emitiendo frecuencias que solo entenderían las orcas, desgarrado por las palabras que me exibían en lo visible, detras de mis manos, cuando al escribir, te empecé..

15 septiembre, 2005

se me va..

Tenía la cita a y 52, antes de Maria Dolores que entraba a y 49. No sé el porqué de esta puntualidad tan exigente, nunca la he entendido, si al final siempre entras, como mínimo, 20 minutos más tarde de lo que marca la lista de word mal impresa que ponen con celo en la puerta número 3.
Siempre me fijo en el que me precede, su nombre y su cara, y después le pongo una imaginada identidad, un carácter y descubro la pesada preocupación que vuelve rugoso su entrecejo.. las caras de una sala de espera no suelen ser muy animosas y uno, mietras ojea el periódico, busca otras distracciones.
Siempre que estoy en ese lugar me digo que lo detesto, que será la última vez, y que volveré a tener otra conversación peculiar con el médico con apellido de ananá.
Cuando Loli abrió la puerta como liberada (qué quieres, en una sala de espera pasa el tiempo suficiente parea hacer confianzas), entré despacio y cerré la puerta.

Tardes tardes Doctor, le dije. Hola, me dijo sin mirar, mientras rebuscaba en un taco ancho como un palmo la carpeta con mi nombre. Luego un silencio paciente con toques de in.. El señor del batín releía una letra estirada cómo una pértiga mientras compaginaba la concentración haciendo unas muecas que si soy yo el mimo, me daría vergüenza ajena, siempre y cuando no fuera momento íntimo de calentar mofletes.. En fin, que no sé cuántos segundos eternos pasan hasta que me dice el qué te pasa más muletilla que había escuchado nunca..
Que creo, doctor, que me falta pericia... y que estoy preocupado....
Puso una cara como quién afina una guitarra y va de tooooinnn en toiiiiin sin rumbo y sin oido.. Y cuánto crees que has perdido?.. Supongo que su pregunta era para encasillarme y establecer en base a unos rangos, unas posibles causas para mi diagnóstico.. pero no no, le dije, creo que también tengo el problema de hacerme entender.. si me falta, es que no tengo, que nunca he tenido, y que envidio la de los demás.. Pero algo sabrás hacer, no? me dice ofuscado.. Mmmm.. algo si, le dije, creo que puedo tener un mínimo de algo parecido, porque cometo por ejemplo los mismos errores, pero es más por la experiencia que por la habilidad en evitarlos.. patoso tampoco vale, no? si el café es mío, lo comparto con la moqueta.. pero la torpeza es imprevisible.. y tampoco.. así que no sé qué hacer, ni tampoco sé qué decir en estos casos, tampoco tengo habilidad para engañarlo.. Su vaya y pausa eran del todo predecibles y ya empecé a ponerme de mala ostia porque sabía que el medio minuto de sinceridad con un desconocido sordo en bata blanca lo había desperdiciado, que de allí me iba con un vale por unos trankilines y con un ramillete de consejos que mi santa madre estaría orgullosa de escuchar con un vestelodije con el dedito con movimientos de morse.. uuuuffff.. rabia.. Me recomendó pasear, que me inventará algún hobbie de esos modernos, y cómo quién no quiere la cosa una cajita de trankilines flojitos para descansar.. jajajja! y ya enloquecí.. cómo qué "flojitos" cara-pasa??!! así eran los últimos, no??, pensé.. éstos me quieren dormir para que no piense, para que nunca tenga pericia, para alimentar mi memoria de pez, para que no me sienta ni inútil, para que olvide la contraseña que activa mi razón.. Si es que no me canso de decirme que hay que ser autodidacta, que sólo queda automedicarse y questos tipos no tienen sentimientos.. yo es que no lo puedo e n t e n d e r . . . .

-El siguienteeee..
-Eh.. ah.. si.. Si! Soy yo! (coño, por fin..)

Qué quieres, la espera por recetas es larga, y siempre me pregunté la cara del médico de familia si le dices que te falta pericia.. todo empezó por ahí, aunque este final sea recurrente.. sale así.
Además, si os soy sincero, Loli no hablaba mucho.

12 septiembre, 2005

1"

...
( te frenas y llega el segundo.. y cuando se llena de argumentos causales, una descarga eléctrica de razón edita periódicos con grandes titulares que se pliegan en tu iris como en imprenta.. no echas de menos comas ni pausas y solo enlazas frases como un árbol geneológico que deriva en una luz intensa que te da la claridad. No tengo acceso al historial de mis sentidos para saber que pliegues contactan para que ese segundo lo viva así, pero si sabría decirte con que palabra comienzo a pensar después del corchete que limita el inicio del segundo y la última palabra con la que termino antes del punto final y corchete. Sé que la función que resulta despeja la incognita, sé que mi pecho se desviviría en defender las conclusiones y sé que nunca podré estar más convencido de las cosas. Los pasos que me permiten dar estos segundos se han convertido en mis mejores decisiones, y aunque desconozco su naturaleza, admiro su credibilidad. No compensa el tiempo que en el pasado perdiste, ni hace desaparecer cicatrices profundas, únicamente te muestra que tienes todas las posibilidades de sentir.. El reciclaje de claridad penetra en todo lo atrofiado, y aunque sólo sea en ese tiempo, parece cómo si volvieras de nuevo a caminar. Pero normalmente no te das cuenta de la lentitud de tu segundo ni de nada más. Y no se sabe cómo ni qué influye en la percepción, en la capacidad de darse cuenta del mismo.. primero la pausa, después los corchetes y ahora ya veo la última y la primera palabra. Sé que no puedo predecir el momento ni el lugar de lo que igual tú llamarías locura y yo cordura, pero cuando pasa, puedo escuchar mi respiración y cómo entra el aire que me suscribe. La postdata cambia de palabras y muda de voces, pero siempre me susurra despacio lo que realmente quiero.)
...
- ¿me escuchas?
- dime..
- qué te pasa?
- que te quiero pequeña, que te quiero.
...
No sabía explicarle, cómo un segundo, a veces, deriva en una luz intensa que te da la claridad..

09 septiembre, 2005

como tú

Hoy he soñado que era como Zelig, que tus miedos los hacía míos y que por fin podía entenderte..

08 septiembre, 2005

ya no hay peceras

He caminado muchas veces por estos muros verdes con palabras pintadas, me he visto discreto en el margen discreto que marcabas con lineas invisibles, he sufrido despierto moscas con alma de serpientes rondando detrás de mi frente, entre mi oxígeno adulterado, sin dejar que sintiera la temperatura de la cara cuando el sol se estaba apagando y yo cerraba los ojos. Pero ya no.. ya ésto es mío y flota. He vuelto a nadar como de pequeño nadaba, en esa olímpica que era un mundo, y en la que poco a poco me fui haciendo pez.. ahora mudo de color, tengo visión nocturna y ya rompí los puntos que cerraban mi boca.
Hoy me levanté, y cuando abrí los ojos, sentí que éste iba a ser mi último día de la marmota..

06 septiembre, 2005

qué
















qué..
qué haces..
te suscribes, dudas, te mientes
o sólo crees mentirte..
qué eres..
un esbozo, un intento, una réplica
o algo imaginado..
qué tú maquillas
qué tú eres
qué tú
qué..

*Manos dibujando (1948) Escher.

05 septiembre, 2005

conspiro


La noche era tranquila, estaba por mi After intentando precisar alguna idea cuando todo se apagó.
Desde las ventanas solo se veía lo que iluminaban las farolas, pasaba algún coche y distinguía alguna sombra que curioseaba como yo en las ventanas. La acera del corte inglés la acababan de regar hacía poco, y la de enfrente, que es la mía, estaba seca. No sabía que se discriminaban las aceras, ni que existiera una política invisible de prioridades de limpieza nocturna.
Todo seguía casi a oscuras y yo me empecé a calentar. Estaba ahí, de pié, con las manos en los bolsillos, con cara intimidatoria mirando para la acera vip. Intentaba imaginar de quién podría haber partido la brillante idea de sugerir algo así, un pacto de mangueras oculto. Es tan raro que lo raro sería pensar que existe, pero igual más gente como yo lo piensa, y de repente me convierto en el ponente de una teoría silenciosa y malpensada con razón. Pero no es éste el tema.
Esa imagen de contraste de aceras recordé que era común. Son cosas que no enlazas, que te dan igual y que no piensas, hasta el día del nudo, en el que te crees que eres más listo que ayer y empiezas a enlazar las cosas como Chazz Palminteri al final de Sospechosos Habituales.. Y ya tienes conspiración para pasar el rato.. también Colombo parece disperso, pensé.. y míralo qué listo. Me encendí un cigarro.
Me imaginé la presentación de una regata llena de autoriades públicas y de empresas privadas patrocinadoras.. un servicio de catering repartía pinchos copiosos y albariño, se formaban corrillos de corbatas y sonrisas, pequeños círculos informales de poder y favoritismos.. El concejal competente en limpieza, salud y aceras, habla distendidamente con el director provincial del corte inglés.. que si familia, barco, vacaciones.. y mangueras.. Seguro. No sé cómo ni en qué términos, pero algo pactan. Igual diez mil cortycoles son suficientes para un soborno de riégame aquí.. Nunca lo sabré.
Pensé en mi acera, en la máquina de preservativos que pusieron hace poco entre mi portal y la farmacia, en la farmacia, abre todos los días del año, en el bar, en la cafetería, en el quiosco dónde sello la ilusa primitiva, en la tienda de grifos, en el ebanista y en la panadera.. todo cumple una función diaria y tiene más vida que los escaparates que te acercan el invierno con maniquies estiradas.
Seguía ahí de pié, ofuscado, y cuando empecé a tener cara de presidente vecinal decidí desenfadarme, bajar marchas pero sin olvidar.
El apagón ayudaba a que el silencio fuera más intenso, me di la vuelta y caminé hacia lo oscuro. Mechero en mano como si tocasen una balada, me recorrí la casa buscando velas. Cuando ya estaba sentado en el salón y encendí la primera, pensé en la locura del Quijote y sus molinos, en la puta gracia que hace que no te crean cuándo lo ves todo tan claro.. y otra vez, querido Sancho, pensé en aceras secas y culpables.

02 septiembre, 2005

partida

Él piensa que todo es volátil tarde o temprano, que las posibilidades de que lo que es seguro no lo sea son mayores que las mías, que no hay mano en el fuego por nada.. este es su punto de partida.
Me recorre un escalofrío, pero envidio su intensidad y que no se permita perder el tiempo.. Cada uno busca su propia savia y el porqué de lo que hace.
Sé que lo voy a ver mañana, que seguiré aprendiendo de su camino y de cómo acaricia las cosas que quiere. Su inseguridad, creo, es lo que le hace tener todo tan claro..
Contradicción aparente, universo especial.