26 julio, 2006

reflexiones digestivas

Sopeso crónicas y no me decido, quizás porque no sé hasta cuando durará esta resaca ora gruñona ora apacible que tengo. La distensión provoca esparcimiento, y la cabeza está llena de titulares desordenados en importancia, de cómodos flashes apilados en un embudo que no se quiere vaciar. Ya sé, no soy profesional del medio y digiero con calma lo que me gusta saborear, por eso puede ser que los sinsabores se vomiten sin pensar en ser vomitados y su facilidad de cauce se someta a la menor de las importancias. Lo bueno racionado en un bolsillo dura más que un trago amargo, y así intenta ser. Mi hibernación para ciertas cosas dura sólo ciertos días, mi estómago está habituado a grandes empachos que duran horas y hambres sosas. Y ahí está el problema. Si durante la semana no como me convierto en un rumiante, y eso es algo, que por ahora, no quiero ser. Así que voy a currarme la comida de hoy y a decidir en una mesa redonda con mi apetito si hoy nos da por lo dulce o por lo salado, y aunque no sea razonable, lo importante es empezar a digerir..

21 julio, 2006

bares, festivales, tan propios para disfrutar..

No, va a ser que no. No puedo dejar ese último post pendulando del after como si fuera el dasasosiego lo que reinase por esta ventana. No, no es así. Así que vamos a empezar a cambiar estas negaciones por soles y soletes, que es verano, finde, puente na Galiza, fede a churrasco, y no sólo a fiesta sino tamén a festival, a carallada y a sorpresa.. Tengo la oreja caliente de tanto teléfono, la agenda llena de tachones de recados terminados, los ojos cansados de poco dormir, la cabeza despejada de esforzarme en pensar en que no quede nada pendiente, la tarta de nata y chocolate en la nevera portátil, junto a tres botellas de exquisito licor café.. Tengo sandalias nuevas y otra camiseta (más), tabaco de liar, papel para fumarlo y especias verdes para cuando llegue su momento.. Tengo fuerte la voz, he estado practicando a canción por tres kilómetro en las idas y venidas del trabajo, despejando el asfalto con notas de las canciones que nunca dejaré de cantar.. Y más cosas, más nervios, más ganas de que llegue de una vez..
Lo mejor de los festivales es fabricarlos con amigos, romperse la cabeza, hacer un grupo, hacer versiones, amplificar instrumentos, proyectar cortos, fotos, pensar en teatro y Darío Fo..
Deprisa deprisa, que no llego.. buen finde a todos.. os lo contaré..

14 julio, 2006

no tenerte

No te tengo en mi lista de pendientes, ni siquiera en la rabia de lo que no hice o dejé de hacer. No estás entre las manijas del reloj que cuentan los minutos, ni en mi descanso, ni en mi quisiera ni en mi. Ya no haces largos los silencios, las huidas cortas, las maneras en las que el deseo sueña en otros lugares ciertas veces..
No hay mano a mano ni pulso de iguales, porque no hay juego ni tapete que dure de postillas ya invisibles. No pasa un paso sin que el exceso de lo que sea le de un sentido a los metros recorridos, ni bajones que se enganchen a tu risa con un garfio afilado para comprobar que no existen peligros cerca.. No hay voces que te llaman cuando no quiero, ni extrañas leyes que basen en ti principios de punto de apoyo, de palanca, de rotación..
No estás aunque diserte de que no estás, me fui lejos cuando me perdí jugando al escondite, cuando volví como perro viejo sabiendo de mis recodos y tus refajos..

No llegas aquí por negación, ni para afirmar nada que no dijese aquel día en que no me dio miedo pronunciar tu nombre.. no.. no estás entre la lista de la compra, ni entre los diez recados, ni en ningún mandamiento pagano dependiente..

Pero si que es cierto que ahora estás aquí, pero hoy sólo como invitada, anfitriona de la parte de un sueño en el que decidí no tenerte..

11 julio, 2006

ponga aquí su publicidad..

Última camiseta adquirida por el after, tengo el demonio en el cuerpo.. todo vicio, pero es que era para mi..

10 julio, 2006

padre, soy rosmón..

Los días rosmones no son nada dulces, ni llevan espolvoreados de serie azúcar glass.. en sus momentos álgidos cambian las oraciones por mentadas, los debates por juicios y las satisfacciones por pegatinas de mejor no molestar.. dicen que tienen que ver con resacas corporales, con ciclos poco definidos en el tiempo de necesidad, mezclando noes, sies rotundos, parcos verbos y perímetros de mala ostia invisibles.. No es fácil explicarlos, sólo así se entiende que permanezcan en el anonimato y que se esfuercen en rehuir de las masas y del más simple contacto personal.. No satisface ni al que lo gruñe, ni al que lo masca, ni al que lo ve. No es peligroso pero si cansado, no es orientativo ni crea medias de comportamiento, es más bien como un mal sueño, una excedencia que nunca verás o un ácido monólogo de Darth Vader después de levantarse de una siesta.. y suena un "Mondo difficile" con un "me cago en el amor", un "mata hippies en las Cíes", un poco de Eskorbuto, Leonard Cohen, Albert Plá, los Pixies, Tom Waits, Charlie Parker.. Y dicen dicen.. dicen que tienes veneno en la piel, porque estás hecho de plástico fino, dicen que tienes un tacto divino, y quien te toca se quema con él..

06 julio, 2006

la tormenta

Henri Rousseau, Tiger in a Tropical Storm (Surprised!)

Los segundos que preceden al trueno los contaba como kilómetros.. uno.. dos.. tres.. cuatro.. A su abuela sólo le asustaban las tormentas y las serpientes, pero la recordaba luchadora, firme, dulce, felina.. Sentada en el sofá, encogía su cuerpo en la manta contando los segundos desde el resplandor hasta sus orejas, como un pájaro sin alas que no podía volar en dirección contraria a sus instintos miedos. Le gustaba sentarse a su lado, cogerle la mano y notar su presión cuando el cielo se rompía en grandes graves, justo cuando ella cerraba fuerte los ojos y sonaba un quejido casi insonoro, como respuesta atronadora, como forma de tempestad.

Seguía contando los segundos como kilómetros de mayor, acordándose de sus ojos achinados y de la debilidad compartida de aquel sofá. La lluvia se rizaba a ráfagas violentas, visibles en la caída rozando las farolas, en la crecida de los charcos sobre el firme, en el zumbido del viento que descontrolaba sus direcciones, en los cristales de la oscuridad de su salón que formaban meandros irregulares.. Se recogió los hombros, de pie, en la manta que le tapaba hasta la cintura. Se descalzó las zapatillas y sintió el frío de la madera llegar hasta las rodillas.. La noche se volvió a iluminar con mil flashes, y empezó a contar a dedo extendido por segundo, hasta cinco.. luego se atronó, cerró su mano como si apretara la suya, como queriendo decir otra vez.. no te preocupes abuela, la tormenta está lejos, y esos rayos, caen en el mar..