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31 enero, 2007
30 enero, 2007
la desmemoria y tú.
No sé cuando aprendí a despistar a la memoria, no sé qué me hizo repartir algunos recuerdos con filtros borrosos de miopía cercana. Sé que en algún lugar están, en mi desorden, nadando cómo en pequeñas bolas de poliespán, en sístoles de anarquía que no comprendo, que aparecen con sus diástoles, según el día, según su tempo. Los hay que se escapan de todo inventario, pero otros son adversos a perderse así. Hibernan tiempos, pero están debajo del tacto, detrás de la voz, entre las líneas ordenadas que forman el discurso, o en la cadencia que llama involuntarios a los pasos.
A veces se desempañan, y aparecen en el centro de la mano o de la frente, con claridad suficiente para que no te despistes y les prestes atención. Esa memoria acristalada empañada por un vaho terco, a la cual le pasas la mano sin ser muy consciente cómo para ver los recuerdos que llevas, a veces juega al despiste y, otras, sólo es puñetera. No tengo arte para describir cómo se comporta la topografía de los pliegues donde van escritos, pero puede que me quede habilidad para saber qué significa que naden latiendo así.
El tuyo está aquí, lo sé. Nunca lo mento, muy pocas veces lo desempaño, y no sabría decirte porqué. Pero igual con él nació el despiste que impide que sepa el porqué no sabría sentir sin ti.
22 enero, 2007
19 enero, 2007
d i v i d i d o
Dentro de unas horas, cuando caiga la noche, ya me habré dividido.
Dejaré en el asfalto al yo que funciona en automático, el que se preocupa, el que atiende a las llamadas, el que siempre le queda algo por hacer.. También voy a dejar el que escribe, pero no el que piensa lo que quiere decir. Me voy con ese, el que dentro de unas horas habrá desconectado de la prisa y el relog, del peso de la frente y de todo lo que no se mueva con el apetito. Me voy a una costa que no tiene cobertura, a una casa con una terraza donde casi rompen las olas, a dos minutos de un rompeolas quilométrico para andar horas sin repetir ni un metro, allí donde pueda encontrarme con el que, después de éste punto, ya no estará aquí.
(Buen fin de semana a todos)
Dejaré en el asfalto al yo que funciona en automático, el que se preocupa, el que atiende a las llamadas, el que siempre le queda algo por hacer.. También voy a dejar el que escribe, pero no el que piensa lo que quiere decir. Me voy con ese, el que dentro de unas horas habrá desconectado de la prisa y el relog, del peso de la frente y de todo lo que no se mueva con el apetito. Me voy a una costa que no tiene cobertura, a una casa con una terraza donde casi rompen las olas, a dos minutos de un rompeolas quilométrico para andar horas sin repetir ni un metro, allí donde pueda encontrarme con el que, después de éste punto, ya no estará aquí.
(Buen fin de semana a todos)
18 enero, 2007
memepillóleyendo

Sobre esta sencilla frase tengo que apuntar dos cosas.
En estos días tengo entre mis manos a unos ratones, que ocupan parte de mis ratos libres. La verdad es que es una relectura, pero me gustó lo suficiente para volver a empezar. El comic-libro en cuestión es Maus, relato de un superviviente, de art spiegelman. Lectura que recomiendo por muchas razones en las que ahora no voy a entrar, pero os lo aconsejo si es que no lo conoceis, aunque me supongo que ante una obra maestra como ésta, que la crea recomendable sólo resulta una obviedad. Pero no me resisto: imprescindible.
La segunda cuestión, por tanto, ante la imposiblidad de reproduciros las viñetas, es volver al último libro que terminé hace unos días, Laura y Julio, de Millás. Allá por otoño me enteré que estaba por la ciudad, que firmaba su nuevo libro en un área comercial que tiene ver con un corte a lo inglés que, justamente, está enfrente de mi casa. Sólo había leído dos de sus libros, pero lo había escuchado en la radio, leído sus columnas de periódico y sus entrevistas. Es un tipo que me produce curiosidad. Crucé la calle y allí me fuí, a darle la mano y mi nombre de pila. Después llegué a casa y lo dejé por ahí hasta que le llegara su momento.
En cuanto al párrafo en cuestión, por la edición o la casualidad, en esa página sólo hay dos, así que he cogido una parte del segundo. Luego mi frikismo y mi torpe indagación sobre el cerca/lejos del que hablaba Supercoco, me ha dado por sacarle partido a mi cámara dígital.
No mandaré este meme a nadie.. aunque tenga curiosidad por saber que estará leyendo Greta, Ganso o la parroquia de Osaka con n a c o por ahí, no seré yo quien obligue a seguir la memecadena al pie de la letra, es decir, éste no es un eslabón que deba tomarse como algo literal. Sólo así, sin ningún tipo de obligación, me vale. Si así no fuera o fuese, la sugerencia se autodestruirá en cinco segundos.
16 enero, 2007
mañana no será martes
La mentira es algo que se esconde
para no tener que existir
no hay porque desconfiar si la locura
ha decidido ya por ti.
Cierro los ojos y bailo
al borde del tejado
¿podría volar?
En alas de la mentira. De un país en llamas. RF
Me despierto con la radio de fondo, todavía en penumbra, antes que el despertador. Las voces que resumen la jerga política van subiendo de volumen en la semiinconsciencia nórdica. No me muevo. Mi nariz me aconseja que la compense con el calor retenido del cuerpo. Me doy diez minutos, ni uno más. Mientras ronroneo entre las almohadas mis orejas se espabilan. Maldigo el esfuerzo que me hace falta para cambiar el dial, no está lejos, pero hace frío ahí fuera. Me quedo escuchando la crónica de sandeces de los martes, las pancartas, los titulares, los cortes de voz, los señuelos que no llegan a ser ni intentos de pantomima. No me extraño, pero prefería el despertador. Los modos de algunos títeres que a cualquier precio quieren poder no me representan, pero sus votos le dan voz y alimentan mi mala ostia mañanera. No deja de ser verdad lo que se esconde, ni tampoco deja de ser cierto todo lo que no se dice. Mis legañas que no veo justifican mi cansancio, la verdad que esconden y que se mide por mis gruñidos no se justifica. No se puede hablar con quien no quiere, pero no se puede mentir así.. Prefiero la ducha, volverme impermeable y dejar de filosofar.
Mañana apago la radio, paso de despertarme regalando narices de pinocho, prefiero mil veces cerrar los ojos, y ponerme a bailar..
Mañana apago la radio, paso de despertarme regalando narices de pinocho, prefiero mil veces cerrar los ojos, y ponerme a bailar..
11 enero, 2007
08 enero, 2007
el por poco me llega
