16 enero, 2007

mañana no será martes

La mentira es algo que se esconde
para no tener que existir
no hay porque desconfiar si la locura
ha decidido ya por ti.

Cierro los ojos y bailo
al borde del tejado
¿podría volar?

En alas de la mentira. De un país en llamas. RF

Me despierto con la radio de fondo, todavía en penumbra, antes que el despertador. Las voces que resumen la jerga política van subiendo de volumen en la semiinconsciencia nórdica. No me muevo. Mi nariz me aconseja que la compense con el calor retenido del cuerpo. Me doy diez minutos, ni uno más. Mientras ronroneo entre las almohadas mis orejas se espabilan. Maldigo el esfuerzo que me hace falta para cambiar el dial, no está lejos, pero hace frío ahí fuera. Me quedo escuchando la crónica de sandeces de los martes, las pancartas, los titulares, los cortes de voz, los señuelos que no llegan a ser ni intentos de pantomima. No me extraño, pero prefería el despertador. Los modos de algunos títeres que a cualquier precio quieren poder no me representan, pero sus votos le dan voz y alimentan mi mala ostia mañanera. No deja de ser verdad lo que se esconde, ni tampoco deja de ser cierto todo lo que no se dice. Mis legañas que no veo justifican mi cansancio, la verdad que esconden y que se mide por mis gruñidos no se justifica. No se puede hablar con quien no quiere, pero no se puede mentir así.. Prefiero la ducha, volverme impermeable y dejar de filosofar.
Mañana apago la radio, paso de despertarme regalando narices de pinocho, prefiero mil veces cerrar los ojos, y ponerme a bailar..