el último calor

Ya no sentía ni vértigo estable ni calidez, la coraza había perdido sus cimientos, y las grietas las habían hecho profundas, del descuido a la saña, de la pérdida a la intención.. no servían los recuerdos, el recurso fácil lo habían violado hacía ya tiempo, y las verdades que quedaban sin reproches eras tensas y plomizas.
El dolor era frío e inevitable, a partes iguales de culpa y direcciones opuestas de claridad..
Se apretaron las manos como con ventosas, inhalando el aire que sobraba por última vez.. acercaron sus caras y se unieron las frentes.. luego las mejillas y el último calor.. y sonó un no.. y un yo tampoco quería.. casi sordos, ya perdidos, entre la espalda y siempre.. como un escalofrío lento que también tiene final..
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