24 noviembre, 2005

d e r i v a

el cruce del oeste con el mar formaba un horizonte compacto..
las luces se modificaban a la vez sin poder decidir cual de los dos era el espejo..
la duda crecía con la calma..
la forma lineal y profunda del corte convertía a la vez que separaba las dos partes en una, alejando cualquier forma que no fuera de claridad..

pero aún así, por un momento, viré..
pero esta deriva no tenía, esta vez, nada de pérdida ni de abatir..
era de viento, de rumbo, de plácida corriente..

las formas de sugerir siempre tienen color,
y el aire,
siempre acaricia la cara..