29 noviembre, 2005

amanecido

blip.. blip.. bilp..

..abrí un ojo ..la sensación desubicada sin nombre duró unos segundos, buscando a palos de ciego referentes de situación, por tacto o por memoria, de dónde estaba..

la memoria se debía de haber fugado lejos, en esa oscuridad en la que amanecía sin saber, a la que no sabía qué preguntar..

y sonaban trompetas apagadas con eco inquieto, rebotando entre paredes y estremeciendo por momentos mis ojos..

tomando los bleps como si fuera un segundero de concurso, identifiqué a los Vangelis, de Blade Runner.. vale, algo sé.. seré Deckard o Batty, un Nexus 6..

pensé en encender la luz y que Moebius se hubiera encargado del diseño de mi espacio.. pero aún tenía que saber qué hora era.. me había dormido, seguro..

y así, me senté en la cama, con la ansiedad de la identidad no definida, de si mi lado replicante había despertado tarde y sin permiso en alguna franja horaria poco original en la que ultimamente acostumbro sentir..

los sonidos orquestados seguían, y no era capaz de recordar si alguien me esperaba..

y pensé en el poli chicano, en la Tyrell Corporation, en el iris de tu ojo y en Rachael..

pensé en dormirme otra vez, pero no podía escapar de nuevo, tenía que saberme, al menos esta vez..


y el frío me hizo sentir el tacto de la manta y la tinta de mi boca al toser, el hermético sueño del cansancio punzante que te despierta sin saber, de la inercia de la música de la mañana que podía ser noche, de mi lado replicante que asoma a veces en mi despiste paralelo, y lo que pasa cuando el sonido del reloj suena blip.