bélgico estar
como me conozco, me soborno fácil.. y es que hay debilidades transparentes y gulas sumisas que templan al irracional con tembleque y berrinche en el que me vuelvo a veces, en un edulcorado satisfecho trikifeliz de la vida en pausa con manjar en mano.
después del paseo desde mi casa a ritmo de Abel Antón, entré como un terminator en el súper, diseccionando los pasillos hasta hallar el camino más corto que llegase a lo dulce.. debía parecer un Harvey Keitel corrupto o un Gary Olman con mono buscando a la dulce Natalie Portman para matarla, porque no me acuerdo si mi crucé con alguien, si me fui sin la vuelta o si la cajera era aquella vieja amiga que me miró un día como mi tutora del proyecto hombre cuando yo sólo quería un paquete de clinex para mis mocos..
me senté en un banco de un parque cerca de allí, mirando a lo próximo como Golum con anillo, mientras sacaba con movimientos minuciosos el paquete de la bolsa.. y al primer muerdo, cesaron las revoluciones, el frío, las ojeras y lo externo, convertido en un jurado delicatessen de galleta que se gusta al sentir cada movimiento maxilar, en alguien de mirada perdida, piernas en aspa y bufanda tres vueltas, degustando reverente unas Belgas choc..
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