11 octubre, 2005

ciclos


Llueve a chaparrones generosos ahí fuera, y la tierra por fin abandona la abstemia obligada, su tórrida aparencia.. las grietas son canales que comunican charcos que saltan niños que llevan chubasqueros que abroncan madres.. el vocabulario invernal vuelve a dominarnos, como todo lo cíclico; nube se cambia por lorenzo, claridad por paraguas, paseo por prisa y sediento por empapado. Las puertas de los armarios se desperezan y los más ordenados cierran las cajas lacradas con una uve de verano. En la radio se discute de leyes, de intereses deformes.. un ruido inútil, inacabado y de encefalograma horizontal que nos inyectan como pasto. Mientras tanto se esposan a libres que piden oportunidades, se les aleja como perros, porque los legitimados para decidir se han quedado sin respuestas.. nuestra peste cada vez es más endémica, más merecida y egoísta. Ahora nos preocupan los muros altos y los aislantes, el dolbisurraun ese para que nos entre mejor y con graves la dictadura sorda y perfecta que contaba Aldous Huxley en El mundo feliz.. Las vendas para los ojos parecen de protección oficial, hay un cálculo frío de oportunidades que decide lo que se dice y nos espetan la actualidad cómo lo realmente interesante y oportunista. No hay estadística de asco, creo.. no soy muy amigo de ellas, pero si os preguntan dar mi voto despectivo a los que deciden por nosotros, a esos profesionales remunerados que me dicen lo que tengo que decir, que pensar.. bufones sin vergüenza, marionetas de poder.
Supongo que es algo cíclico, las primeras lluvias traen un reseteo de duda y de identidad que un poco me envenena de hiper-realidad.. y yo que quería cambiar gárgolas por sombrillas y empaparme sin paraguas en un paseo sin prisa.. me quedo así, como ésta que vi hace meses en la Torre del Relog, en Oxford, que viene a decir lo que desazonaba ayer el encanto de mi abuela.. qué tiempos fillo, qué tiempos..