03 octubre, 2005

encasilla

Hace años estudié estadística y aún recuerdo lo que pensaba de aquella titulada que nos introdujo en esa ciencia del saco sin fondo.. "Si te conviertes en profesor de estadística, luces despeinada una cara permanente de mala siesta y ladras como si fuera educación, lógicamente te sales de la media.." Mi contraria vocación por los números chocaba con su mala sangre matemática y desde aquel aprobado que correspondía con creces a la ley del mínimo esfuerzo, mis encuentros con dicha ciencia han sido sólo cómo usuario de periódico con opinión que intenta mantenerse al margen. Pero ni tan simple ni tan posible..
Igual que una letra o un espacio de este texto corresponde a una secuencia de unos y ceros del sistema binario, hoy me desperté pensando que hiciera lo que hiciese, un estadista era capaz de meterme en un saco por ser así.
Me angustié por momentos cuando entraba en la media de individuos angustiados por la persecución estadística, cuando aparecía en cien orquillas al mismo tiempo, cuando me volvía previsible por mis actos, por mis intenciones y mis espectativas, por mis metros cuadrados, mis curros temporales y mi iniciativa o no.. Me negé a pensar que era previsible, que seguía las pautas, que era superior o inferior a lo establecido o que me tenía que medir para dar un paso.. El cálculo minucioso de probabilidades de ser espontaneo no creo que se pueda estudiar, y a eso me agarraré como mal estudiante e inconformista que sueño, a escudarme en la defensa de lo diferente que no sabe o no contesta o no le sale de los güevos o vete a saber..

Mi mañana guerrera terminó en el eclipse, mirando para el cielo como uno más, compartiendo un cristal de soldador, admirando como todo gira y de vez en cuando acaba coincidiendo.. sin más.