01 febrero, 2006

descrito

Escribo semana.. y queda parpadeando el cursor antes del blanco nuclear, pensando en adjetivar los últimos días con lo primero que se le acerque a definir.. mientras, sin darme tiempo a escribirlo en la pizarra cerebral, de dónde sale un instante antes todo lo que se dice, unos dedos que creía propios se vuelven poseídos, cómo si tomasen decisiones todos los días, y sin vacilar, los siete muñones osados que tienen el graduado escolar de mis escasas pulsaciones, escriben, turnándose en perfecto orden, una T de trazar, luego una eRre de rodeo, una A de astuto, una eSe de solo, una I de igual, una E como de entre, una Ge de giro y una O de orquesta.. trasiego, escupen. Semana de trasiego.. cómo si utilizara esa palabra todos los días.. pero va a ser que no, pues la imagino sola, en algún rincón de mi memoria, en una bandeja de salida olvidada, en una carpeta llamada “de utilización remota: lo que no sé que sé”, junto a vericueto, escafandra o sibilino.. trasiego, que en la RAE su verbo es sinónimo de revolver, que no sé cómo interpretar el petardo acierto rescatado por mis dedos que igual se quejan así, definiendo, que igual necesitan descanso y ésta es la única manera de llamar mi atención después de tantos movimientos mecanizados.. y puede que también mi cabeza, que entre iniciales me deja palabras de su semana.. y ahora que caigo, creo que su forma consciente de decir, guarda matices que tendré que escuchar.. tu semana, me dice, la has pasado trazando rodeos.. astutos, solos, iguales.. entre giros orquestados..

Vaya.. prometo usar los guantes verdes y el gorro de lana toda esta semana, para cuidarlos con calor de tanto frío, para tener los mismos intereses, y poder para la siguiente hacer un crucigrama mambrinero juntos, jugar a las palabras encadenadas, mimarnos más en tripartito.. sin que me acojonen así, a golpe de miércoles disperso, bien descrito.