07 febrero, 2006

delirante ser o estar

Tengo décimas de más, no sé cuántas, mínima temperatura exigible para no distraerse de los fríos y de las corrientes que tanto le preocupan a mi abuela desde que tengo uso de razón.. mi cuerpo es más sensible a los golpes de una torpeza aguda que se acrecenta por no sé qué motivo, la voz me cambia a una nasalidad con la que me gustaría cantar, pero a la garganta no le apetece que cante nada que no sea Barry White o Louis Amstrong, pero ni este es un mundo maravilloso ni yo tengo ese gusto musical, así que paso de líos forzando cuerdas discrepantes.. la nariz debe estar encarnada y grande, y digo debe, porque los espejos así, no son amigos, y si ya de sano no me casiveo, como para recordar a la familia Aragón de soslayo.. las orejas calientes, las raices de los pelos de la cabeza quejosas, labios simulando chungamente a una operada que se quiere parecer a Angelina Jolie, y espalda con un camino eléctrico en su mitad, por el que los fríos que decía mi abuela caminan como pista de pasada dejando descargas musculares de movimientos decimales, semigrados que se empatan con polvos medicinales, en una guerra donde tú eres el campo de batalla, la carne de cañón, la desgana resumida con los párpados en los tobillos que solo pide cama, automimos de la manta y pies calientes..