27 octubre, 2005

transformer


Sin atar cabos y sin saber cómo se hace, me ha aperecido de repente un nudo marinero en el estómago.. debe estar mojado porque pesa como una mala digestión, como beber mucha agua después de una buena ración de pulpo de feria.. así.
Me encojo a lo fetal que siempre calma, y ahora me pesa la garganta como plomo.. y no me aparece ni un susurro tartaja, sólo quiero ser una roca, permeable, con latidos, poc, poc, poc.. y del eco como de tina, después de compartir unos minutos estáticos con los muebles de mi salón, me sale un lado zurdo, del que ya hablaré, pero activo y listo.. la roca plomiza se agrieta con lineas verticales, y aparecen dos piernas, dos brazos y un cabezón que se despereza con movimientos lentos.. como un transformer que de roca pasa a un mazinguer zeta. Y me le van to y ca da pa so es un pummm.. me miro al ombligo y está hueco, debo tener hambre.. igual el orujo mañanero me sentó mal, lo que sé es que esto no es alergia, por muy rugoso que me haya quedado.. las ansiedades son putas, ya lo sé, pero es que con determinadas cosas, por muy roca-transformer racional que me salga, solo puedo rotular el suspiro de lo que antecede a lo que pienso, con un discreto, con perdón, me cago en diosssssssss.. puñossss fueraaaaa..

Y yastá, más tranquilo, ya no estoy tan áspero ni tan marinero ignorante. Me voy a cocinar algo rico, contundente, acompañado por Lou Reed, que de tanto cambio y hueco me ha entrado el apetito.