25 agosto, 2005

adiciones

Todos tenemos adicciones, pequeñas drogas que buscamos antes de que termine el día, motores no contaminantes, como un jadeo que solo escuchas tú. Las mías son distintas a las tuyas, aunque puede que coincidamos en alguna (es posible).
No valgo para camello, pero creo que lo bueno si se comparte multiplica sus efectos.
Tengo una que es asomarme a tu ventana todos los días, como si fuera Antoine de Saint-Exupéry, viendo como creces, te miras y cuentas tu tacto.
Si el primer paso es reconocerlo, mi necesidad de novato primero del reino eres tú.