la penitencia del imbécil
En mi pequeño universo en espiral, hasta hace poco, había un sitio para ti..
Guardaba tu mejor mirada en un bote de cristal. Confieso que, aunque ya no estabas, lo agitaba despacio cuando te necesitaba, cuando me quería esconder.. sonaban pequeños cascabeles y un zumbido acogedor me colocaba..
Hace poco , no sé en qué noche, cogí la dependencia inventada y la pisé. Volví a pintar de blanco el palmo de curva de mi espiral dónde te había colocado, y en cinco minutos tu sitio fue invadido por ideas oxidadas y ocurrentes que estaban escondidas esperando una base de lucidez.
No sé muy bien dónde estás ahora, igual en tu propia espiral, con suficiente universo como para que siempre exista el nunca entre nosotros. Pero aquí, donde cultivo mis ganas con fotogramas, cristales de colores y fruta fresca, ya has dejado de merecer.
Nada es absoluto, pero la penitencia del imbécil por fin se caga en dios.
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