el bastón de Viceversa
Hace tiempo que me sugiero a mi mismo no tener la versatilidad de estar jodido y radiante a la vez, de decidirme hacia un lado o hacia el otro.. Viceversa de Benedetti me lo explica, como si fuera un retrato o un espejo, como si aseverase lo que soy y me dejara desnudo con una facilidad que acojona..
En la última película que vi en esos multicines que aguantan a tanto centro comercial y a dónde van a parar las cintas que "no funcionan", una pareja que se está conociendo cena en casa de ella en la segunda cita, los nervios por lo que puede llegar se transforman en sinceridad en los postres de chocolate y mate.
Su encuentro parte de la búsqueda de una novedad que borre un pasado triste, loco y no correspondido. Lo que duele se intenta tapar para que no moleste y parta por fin algo sin ser consecuencia de.
Pero el pasado es parte de lo que somos, y ni con parches ni sonrisas se esconde lo que va cicatrizando. Ella, templando, le pregunta;
"¿ya pasaste ese tiempo en el que todos los tangos parecen que hablan de ti?",
y él responde despacio que si, y por primera vez, parte de cero.
Tengo que dejar de buscar nidos calientes que me suscriban, y decir que estoy jodido o radiante por mi mismo, pasar la etapa de tangos y de te recuerdo Amanda, y elegir mi propio bastón, aunque hoy vaya despacio y a tientas, a oscuras, o no.
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